Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

Lo uno por lo otro

Los sistemas ultramodernos y sofisticados de vigilancia llegan a extremos preocupantes, porque en nombre de la seguridad, sin duda, se está poniendo en peligro un bien supremo: el derecho a la intimidad. “En nombre de ese imperativo se instala así, a hurtadillas, un régimen securitario al que podemos calificar de sociedad de control”.

Estos tipos de control no tienen prácticamente barreras, y así lo describe magníficamente el filósofo Michel Foucault, que sostiene que se cuenta con un dispositivo arquitectónico que crea la “sensación de omnisciencia invisible, que permite a los guardianes ver sin ser vistos dentro del recinto de una prisión”.

Es que no hay todavía una conciencia completa de lo que en este campo sucede, pero “las experiencias históricas demuestran que la simple existencia de un sistema de vigilancia a gran escala, sea cual sea la manera en que se utilice, es suficiente por sí misma para reprimir a los disidentes. Una sociedad consciente de estar permanentemente vigilada se vuelve enseguida dócil y timorata”.

El planteamiento es para crear temores y recelos en todos los órdenes de la vida de los pueblos, y en eso radica el peligro del cual casi nadie puede defenderse.

“Una parte de la opinión pública ha terminado por aceptar la restricción de sus propias libertades: el 63% de los franceses se declara dispuesto a una limitación de las libertades individuales en Internet en razón de la lucha contra el terrorismo”.

A nombre de la seguridad se sacrifica esa misma libertad. Este es un dilema por demás importante, que debe ser estudiado, no en simples artículos de análisis periodístico, sino por especialistas en esta materia, en foros internacionales.

No estamos solos; nos rodean intereses, atentados contra las libertades individuales, tendencias, corrientes ideológicas, fuerzas pro y contra sistemas, etc.

Estamos muy lejos de vivir en un mundo de paz, que es la meta que tanto nos preocupa y nos seguirá preocupando.

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