Hace poco la policía de Oklahoma, EE. UU. mató a un sospechoso que no hizo caso a los agentes. La víctima era una persona sorda. Él estaba sentado en el porche de su casa, los agentes investigaban un atropello y al verlo con una tubería en la mano encajó como sospechoso. Le ordenaron que la soltara y se tire al suelo. No lo hizo y fue abatido.
Mientras sucedía esto, los vecinos gritaban a los policías que el señor era sordomudo y que acostumbraba a llevar esa tubería en mano por temor a ser mordido por perros. Ninguno de ellos escuchó las voces. Este hecho se suma a las 712 personas tiroteadas por la policía este año en Estados Unidos.
Econ. Marysol del Castillo