El agresivo caudal del río Cristal dejó incomunicados a los habitantes de los recintos: Rosa Elvira, Miraflores, La Vitalia, Carmen Rosa, Puerto Arturo, pertenecientes al cantón Montalvo, en la provincia de Los Ríos. La mañana del 11 de marzo de 2023, los lugareños vieron con nostalgia cómo la pesada estructura de pronto colapsó ante sus ojos.

Inspectores de la Secretaría de Riesgo levantaron la alerta durante esta semana y el Cabildo empezó a colocar maquinaria para encauzar el afluente. Sin embargo, el embate de la corriente fue socavando las bases del viaducto y este colapsó.

El puente se levantó hace once años por parte de la Prefectura en la administración de Marco Troya. La obra de aquel entonces también complementaba ocho kilómetros de carretera asfaltada que fueron inaugurados por las autoridades de turno. Sin embargo, los comuneros señalan que desde entonces el viaducto no recibió mantenimiento y el río empezó a socavar. La Prefectura dispuso maquinaria para que trabaje en el sector.

En otros sectores como La Huaquilla, La Mascota, La Maritza y La Maravilla, también pertenecientes al cantón Montalvo, de la provincia de Los Ríos, las inundaciones han provocado la escasez de comida y la pérdida del abastecimiento por el mal estado de las vías de acceso a las parroquias del cantón.

Plátano, arroz o yuca son algunas de las opciones de alimento que tienen los habitantes anegados por los desbordamientos de los ríos. Bolívar Flores vive en el recinto La Huaquilla y para alimentar a su familia ha tenido que ir en búsqueda de plátanos sembrados al otro extremo de donde habita. “No hay trabajo en el campo porque todo está bajo el agua, pero tenemos que comer y ahí nos ajustamos las raciones”, refirió,

Asimismo, indicó que a veces les regalan kits de alimentos y con eso logran alimentarse con una sopa de queso o abren una lata de atún. “El agua es otra necesidad que tenemos. No hay para beber y comprar un botellón, ahorita nos resulta complicado”, explicó.

Por su parte, José Flores, también morador, contó que la falta de trabajo en el campo también los obliga a sacrificar las gallinas para alimentar, principalmente, a los niños. “Toca matarlas y preparar algo antes de que se las lleve la corriente. Yo he perdido algunos pollitos que fueron ahogándose”, dijo.

Además, en el sector La Mascota, los habitantes claman por agua para beber, debido a que la obtenida del pozo sale sucia y no es apta para el consumo humano. Llevan más de una semana inundados y el nivel del río volvió a subir de forma desmedida en su sector.