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es posible que se esté autoengañando porque a los observadores atentos de lo que ocurre en las adelantadas campañas electorales no se les engaña, ya que son más avisados que muchos de los que pretenden sorprenderlos.

En efecto, se ha desatado una campaña intensa para ponderar el segundo camisetazo de un ciudadano que antes fue militante de la Izquierda Democrática y que pasó sin solución de continuidad al socialcristianismo, del que llegó a ser asambleísta por la provincia de El Oro, para desde esta posición, tomando un pretexto inconvincente, ir a parar en CREO, donde tal vez encabezaría su lista de asambleístas. Esto le ha hecho recordar que su querido amigo es candidato a la Presidencia de la República y por esa amistad ha dado su segundo paso en el camisetazo.

Pero cosa curiosa, mientras esa nueva adquisición se convertía en la noticia principal de la semana en las filas de CREO, se guardaba un silencio compungido respecto de la separación de un importante militante. Y la noticia es que ese activo e importante militante del novel partido ha dejado sus filas para optar por su cuenta a la candidatura presidencial. Entre tanto, sus directivas hacen cuentas de su fortalecimiento con la inclusión de varias personas: dos concejales de un cantón de la provincia del Guayas, un exmilitante del partido de Lucio Gutiérrez que no se hallaba entre sus principales dirigentes, un exalcalde de Ambato, retirado de la actividad política, hasta que fue adquirido por CREO, en cuyas filas quizá también como el orense, aspire a una curul en la Asamblea.

Pero mientras han nutrido sus filas unos cuantos ciudadanos como los mencionados, las encuestas ubican al candidato presidencial por CREO con un catorce por ciento de los votos. Y no hay para asombrarse cuando en las elecciones pasadas obtuvo un 22 %, claro que con el respaldo del PSC, del que luego han dicho que les hizo malilla, como sostienen los jugadores cuando pierden sin ninguna explicación adecuada. Y es que ser rico no basta y no solo porque Jesucristo los haya descalificado, sino porque hay que ser doblemente líder. Para vencerse a sí mismo y para convencer a sus auditorios.

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