Superar la sindemia

Cada día, conforme más se sabe sobre la COVID-19, cambian los enfoques sobre cómo enfrentarla. Estar al día, es vital’.

Sostiene la prestigiosa revista médica The Lancet, siguiendo la visión del antropólogo médico estadounidense Merrill Singer: “la COVID-19 no es una pandemia. Es una sindemia”. Pandemia, según la Organización Mundial de la Salud es únicamente la propagación mundial de una nueva enfermedad. Sindemia es la concurrencia de varias patologías, biológicas y sociales, que en su interacción determinan el pronóstico, el tratamiento y la política de salud. A estas alturas del conocimiento de sus repercusiones biológicas, sociales y por tanto también políticas y económicas, queda claro que la enfermedad transmisible producida por el SARS-Cov-2, se acompaña de una serie de manifestaciones no transmisibles, que si no son atacadas conjuntamente, no garantizan un resultado exitoso, y es lo que está sucediendo en los países más pobres, que no pueden darse lujos como lo decidido por los daneses pero que, actuando en consecuencia pueden controlar mejor a la COVID. Una de esas patologías no transmisibles, que hay que tomar muy en serio, es la depresión asociada con otros trastornos sicológicos que lleva a decisiones tan graves como el suicidio, depresión que a su vez se vincula a la pobreza que la COVID incrementa. Sin duda, reactivar la economía tendrá efectos terapéuticos frente a la sindemia.