Se privilegió la vida
La Cancillería atendió eficientemente la emergencia a la que se vieron sometidos los becarios ecuatorianos
El mundo civilizado aborrece las guerras porque son sinónimo de muerte. Expreso, que ejerce una crítica permanente a los sucesos trascendentes de la actividad nacional e internacional, ahora tiene la satisfacción de poder destacar el trabajo cumplido por la Cancillería ecuatoriana para poner a salvo a los compatriotas, estudiantes becados o por cuenta propia, que estaban en la zona del conflicto Ucrania-Rusia. Se ha procedido con oportunidad y profesionalismo. Es lamentable que algunos becarios no hayan podido regresar con sus mascotas, pero, se trataba de especies de ingreso restringido en nuestro país o la nave no contaba con el espacio para trasladarlos. Entendiendo la preocupación de los familiares de los jóvenes es injusto acusar de negligencia a los funcionarios del servicio exterior y manifestación de ingratitud, por parte de algunos de los estudiantes, señalar que la Cancillería no hizo nada por ellos.
Por lo demás, cabe destacar el aparente desinterés de los estudiantes costeños por aspirar a becas, alterando el deseable equilibrio regional en su distribución, que la dura situación en referencia ha permitido evidenciar.
Ojalá la paz retorne pronto, el ejército ruso se retire de Ucrania y los estudian-tes puedan regresar a continuar sus labores en un entorno de normalidad.