Editoriales

Pago pero exijo

'La ciudadanía deberá exigir que el Gobierno central y los locales le devuelvan lo que pagará con gran esfuerzo, a través de impuestos, en obras reales y en servicios de primera calidad’.

Pese a la promesa de campaña de no subir impuestos y hacer pagar a los grandes evasores, la reforma tributaria vuelve a afectar a los mismos de siempre. No se incorporará a nuevos contribuyentes obligando a pagar a quienes no lo hacen, aunque el presidente de la República anunció en octubre pasado que pronto daría a conocer “quiénes son los verdaderos evasores de impuestos, aquellos que viven como ricos y tributan como pobres”.

La nueva ley reduce las deducciones por gastos personales que corresponden a rubros básicos, como alimentación, vivienda y vestimenta, y a servicios que el Estado debería proveer gratis y eficientemente -pues lo manda la Constitución- pero no lo hace: educación y salud, con el agravante de que el ciudadano debe contribuir con el IESS por una prestación que es obligación estatal.

Ante esta nueva modalidad de tributación en medio de una crisis económica sin precedentes, la ciudadanía deberá exigir que el Gobierno central y los locales le devuelvan lo que pagará con gran esfuerzo, a través de impuestos, en obras reales y en servicios de primera calidad; y que rindan cuentas periódicamente y con transparencia, para tener certeza de que los dineros públicos se inviertan y utilicen en su beneficio. Que cada ecuatoriano asuma su verdadero rol de mandante.