Un nuevo comienzo

La actual coyuntura política requiere firmeza democrática y en buena hora el Gobierno la está evidenciando’.

Las circunstancias y sobre todo la volatilidad de los acontecimientos, hicieron adelantar a los que podrían haber sido los esperados cambios del primer año de gobierno.

Así, se ha producido un refrescamiento en el Ministerio de Gobierno, al que se encargan los aspectos políticos y entre ellos las relaciones con la Asamblea Nacional y, se ha separado del mismo lo concerniente a seguridad, que ahora es tema del Ministerio del Interior. Por su parte, el presidente de la República insiste en su planteamiento de gobernar sin contar con la Asamblea, que parece empeñada en cumplir un rol obstruccionista que niega toda posibilidad de aprobar las propuestas legislativas originadas en el Ejecutivo.

En momentos de evidente crisis de la institucionalidad pública parece prudente no insistir en temas como el de la muerte cruzada, asunto que produciría acentuadas turbulencias y desestímulo a la posibilidad de inversiones extranjeras.

Es de esperar ahora que la búsqueda de acuerdos parlamentarios no traspase la línea roja que el propio presidente estableció: no lograr estabilidad al precio de la impunidad. La prisión del excontralor que reside en condición de prófugo en los Estados Unidos evidencia el alto grado de corrupción del que es responsable un grupo político con el cual no se puede pactar.