Misión cumplida

Habrá críticas, habrá campañas de desprestigio, pero no habrá rendición. Porque hay una misión que cumplir, que es inagotable e infinita

Quizá le llegó por mensaje de WhatsApp o se lo comentó un vecino. O vio comentarios de indignación en las redes. Pero, ¿sabe de dónde salió la información sobre el uso excesivo de dinero de los guayaquileños en arte urbano o en limpieza de la ciudad? De aquí. Del periodismo. O, como dicen algunos, de la prensa corrupta. Este oficio vilipendiado por los poderosos por ser incómodo no deja de estar en el ojo del huracán. Pocos se preguntan si hay un trasfondo. Si entre quienes cuestionan la credibilidad de los medios de comunicación, de este y otros grandes dedicados a la investigación en Ecuador, no hay una verdadera motivación de opacar sus propias maniobras irregulares. Desfallecido el mensajero, no llega el mensaje. Con lo que no cuentan, es que el periodismo sigue. Cambian los gobiernos, cambian las autoridades, pero aquí siempre habrá ojos dispuestos a vigilar que el dinero que pagan todos los ecuatorianos no se vaya a los bolsillos de unos pocos privilegiados de su posición. Habrá críticas, habrá campañas de desprestigio, pero no habrá rendición. Porque hay una misión que cumplir, que es inagotable e infinita.