Escuchar el clamor popular
Demasiados ecuatorianos están sufriendo todos los efectos de la pospandemia y una creciente inflación que agota sus exiguos ingresos
Es un hábito nacional y mundial culpar al gobierno de turno de mucho de lo malo que les sucede a las personas y a las sociedades. El Ecuador es un buen ejemplo de esa manera de entender y, más todavía, cuando se conoce que existen grupos organizados con el propósito de endilgar al régimen todo lo negativo que afecta a la república. Con gran cinismo, y utilizando sin ética las tecnologías de la información, se intenta borrar cuanto de responsabilidad existe en quienes antes ejercieron el poder, con enorme corrupción, altos ingresos petroleros, sin pandemia y sin inflación mundial. Sin embargo, y por eso quedan señalados, los comportamientos antes expuestos no pueden servir de excusa al actual gobierno frente a los reclamos surgidos en razón de falencias en su desempeño. El énfasis evidente en poner en orden la economía, reconociendo la necesidad de así hacerlo, no puede ir en desmedro de otros temas como la seguridad ciudadana o la debida atención de la salud y la educación de los más pobres, cuando la anhelada reactivación económica todavía no genera todos los empleos que hacen falta.
Obligatorio es, próximo a cumplir un año de su mandato, que el gobierne realice una evaluación autocrítica de su gestión y, considerando las diversas expresiones del clamor popular, corrija el rumbo.