Educación a la carta

Las universidades son necesarias, pero en cantidades limitadas. No son cualquier tienda que se puede encontrar en cada esquina. Crear universidades sin un plan previo no es responder a la realidad del país

Es necesario replantear si es menester contar con más universidades en el país. Todos quisieran tener uno de estos centros educativos en su cantón o cerca, pero tener 221 universidades simplemente no responde a la necesidad.

Cada realidad es diferente y las universidades deben responder a esas particularidades. Repensar si la oferta educativa también se ajusta a esos escenarios. El bachiller de la Amazonía, por ejemplo, puede estar más interesado en áreas orientadas a la agronomía o la minería que a la abogacía. Ahí es cuando el Estado debe entrar con un abanico diverso de posibilidades... pero reales. Que los estudiantes no solo salgan con un cartón bajo el brazo, sino con alternativas verdaderas de trabajo en sus ciudades o cerca de ellas. Los centros tecnológicos, en este punto, son también una alternativa. Puede ser más eficiente pensar en uno de estos en lugar de una universidad en un cantón como Playas, por ejemplo.

Las universidades son necesarias, pero en cantidades limitadas. No son cualquier tienda que se puede encontrar en cada esquina. Crear universidades sin un plan previo no es responder a la realidad del país. Los legisladores, antes de ofrecer la creación de una universidad como si fuera cualquier baratillo de promesas de campaña electoral, o votar por su creación, deberían pensar si son necesarias o no.