Editorial | Quito se une al drama de la inseguridad
En Quito los índices de inseguridad y violencia se han incrementado exponencialmente
La terrible inseguridad que viven Guayaquil y Durán, y que se replica en muchas áreas de Manabí y de otras provincias de la Costa, poco a poco se va extendiendo al resto del país. En Quito los índices de inseguridad y violencia se han incrementado exponencialmente. Basta mirar lo que ocurre en el centro histórico, donde hay importantes zonas en las cuales en la noche nadie se atreve a salir por temor a ser asaltado o secuestrado. Es un espectáculo lamentable ver tantas calles y plazas desoladas una vez que se oculta el sol; y en las escasas ocasiones en que alguien se anima a visitar amigos o lugares de interés en ese sector de la ciudad, se expone a que desguacen sus vehículo, cosa que ocurre con muy a menudo e incluso con violencia.
El país necesita que las autoridades reaccionen de una vez por todas y decidan trabajar juntas, invirtiendo en inteligencia y en soluciones sociales que permitan a la población retomar los espacios públicos, tener una vida normal y no estar acosada por el terror, como ocurre actualmente. Si la inseguridad continúa como hasta ahora, colapsarán inevitablemente la cohesión social y el desarrollo. No habrá inversiones ni comercio, y las posibilidades de que las nuevas generaciones tengan un futuro en Ecuador se extinguirán. Sin seguridad no tenemos país y eso tienen que entenderlo y asumirlo las autoridades.