Editorial: El cambio que requiere Samborondón
Varios problemas de la gran ciudad ya se reflejan allí, deteriorando la calidad de vida
La seguridad fue la principal razón que llevó a los guayaquileños a mudarse a Samborondón, atraídos además por su verdor y tranquilidad. Sin embargo, estas cualidades se han deteriorado notablemente, al punto de que varios problemas de la gran ciudad ya se reflejan allí. El tránsito caótico y el crecimiento desordenado afectan hoy la calidad de vida de sus habitantes.
Aunque se habla de planificación urbanística, la construcción de centros comerciales, torres de oficinas y conjuntos residenciales de alta densidad se ha realizado sin suficientes plazas de parqueo ni vías secundarias que garanticen una movilidad fluida. La geografía del cantón, limitada por ríos, impide soluciones estructurales de expansión.
Aun así, se siguen aprobando edificaciones de todo tipo, incluso junto a zonas concebidas como residenciales. La ampliación de la vía principal para incorporar más carriles redujo las amplias jardineras que antes bordeaban la carretera, sin resolver el congestionamiento, y pese a los continuos cambios en los retornos, intervenciones que han interrumpido la ciclovía y dejado los carriles sin demarcar. A esto se suma la falta de transporte público adecuado y de un gran parque que ofrezca espacios de relajación y contacto con la naturaleza.
Urge que las autoridades elaboren un plan de desarrollo urbanístico integral que incorpore las sugerencias ciudadanas.