Editorial | Control permanente en los mercados

El Estado debe vigilar, clausurar y multar a los comerciantes inescrupulosos, protegiendo productos de primera necesidad

El retiro del subsidio al diésel no puede convertirse en excusa para que un alza indiscriminada de precios afecte a los hogares ecuatorianos. El Estado tiene el deber ineludible de mantener un control riguroso en mercados mayoristas y minoristas en todo el país para impedir que la cadena de intermediarios imponga sobreprecios a los alimentos.

Las denuncias ciudadanas, recogidas mediante la plataforma habilitada por el Ministerio de Gobierno para este fin, solo servirán si son procesadas con firmeza, agilidad y contundencia. Para ello se requiere que la institución responsable funcione eficientemente y que cada denuncia active una acción concreta. Asimismo, los operativos deben realizarse permanentemente, con el fin de identificar dónde surgen los sobreprecios, si a nivel mayorista o minorista -o ambos- y actuar penalizando a quienes lucren abusivamente para sentar precedentes y desincentivar la especulación. No pueden permitir que sea esa la consecuencia directa del retiro del subsidio en el bolsillo de la ciudadanía. El Estado debe vigilar continuamente, y clausurar y multar a los comerciantes inescrupulosos, protegiendo especialmente los productos de primera necesidad, para así evitar que la carga del ajuste recaiga sobre quienes tienen menos recursos, garantizando que aquellos que especulen serán castigados.