Editorial: Ciegos, sordos y mudos

Hay que decirlo: Ecuador padece de una crisis de funcionarios públicos ciegos, sordos y mudos

A riesgo de caer en violencia política de género, según el criterio de un juez del Tribunal Contencioso Electoral, hay que decirlo: Ecuador padece de una crisis de funcionarios públicos ciegos, sordos y mudos, empezando por la clase política y quienes gobiernan el país.

Ciegos, porque no ven o no quieren ver la realidad de la nación. Una que se desmorona por la inseguridad, por la corrupción, por la desesperanza. Que ve cómo sus hijos huyen a otras fronteras porque las oportunidades se las lleva el más sabido o el que tiene un padrino. Un país en donde hay que mendigar salud y educación de calidad.

Sordos, porque no escuchan el clamor de los ciudadanos. De esa persona que paga impuestos puntualmente y recibe migajas de los gobiernos nacional y local. Esa que sale todos los días a buscar un trabajo digno y la única oferta que encuentra es de un grupo del crimen organizado.

Mudos, porque ante este escenario desolador guardan un vergonzoso silencio. Y si llegan a referirse a estos problemas, solo atinan a vender soluciones parches que distraen o entretienen, pero están lejos de ser una verdadera respuesta a los problemas del país.

Esa es la realidad, y si el precio de decirla es una denuncia por violencia política de género, que así sea.