Editorial: Sin basureros no hay paraíso

Si bien el sector privado se ha esmerado colocando maceteros con geranios para alegrar la plaza de San Francisco, es evidente que no existen basureros

Cuando se inauguró el Metro surgieron señales que permitía pensar que este nuevo sistema de transporte abriría una nueva oportunidad para que el centro histórico de Quito se recupere. Sin embargo, si no hay un acompañamiento del Municipio para consolidar ese proceso, se hará muy difícil que este sector emblemático de la capital recupere su atractivo. El pasado 24 de diciembre centenas de quiteños que viven en el norte o en el sur y que quisieron ir a pasar las horas previas a la Nochebuena en el casco colonial se toparon con la mugre reinante en lugares icónicos como la Plaza de San Francisco. Inmensas cantidades de basura y desperdicios de comida lucían esparcidos por la gran explanada, convirtiendo al lugar en un espacio nada atractivo. Este espectáculo se repite con gran regularidad. Si bien el sector privado se ha esmerada colocando maceteros con geranios para alegrar la plaza, es evidente que no existen basureros para que los ciudadanos puedan arrojar los desechos.

Si el Municipio no activa fórmulas para mejorar las condiciones, de modo que ese lugar se mantenga más limpio, la ansiada revitalización del centro histórico no va a darse. Es más, corre el riesgo de que los nuevos turistas nacionales que están visitándolo gracias al Metro prefieran no volver más.