El desenlace está en nuestras manos

Para ello será necesario rescatar el significado de lo que es solidaridad ciudadana y el efectivo manejo de la política pública.

La producción ecuatoriana esta descalabrada por la pandemia. Hay sectores como el turismo que han perdido el 100 % de sus ingresos, mientras las exportaciones no petroleras han experimentado una merma de las quinta parte de sus ventas por efecto de la pandemia. La baja global en las ventas varía entre la mitad y las dos terceras partes de los volúmenes obtenidos en período similar el año anterior. Finalmente, las reservas de liquidez de las empresas tienen, en promedio, una duración de 37 días y tres de cada cuatro compañías o sociedades pierden viabilidad al cabo de dos meses. El desafío de atender las necesidades básicas de once millones de ecuatorianos en extrema vulnerabilidad requiere un financiamiento superior a los $2.000 millones. Hay que considerar, adicionalmente, la brecha de recursos globales que, antes de ser cubierta, puede comprometer el 15 % del PIB.

En tiempos de guerra, y esta es una guerra, se requiere que todos arrimemos el hombro. La consigna, lejos de ser “sálvese el que pueda” debe ser, “la suerte del Ecuador está en nuestras manos”. Para ello será necesario rescatar el significado de lo que es solidaridad ciudadana y el efectivo manejo de la política pública.