¿América en retroceso?

Si la democracia no resuelve los problemas y tampoco construye ciudadanos, hay que revisar sus basamentos y ponerlos al día.

Resulta complicado el poder explicar con claridad qué es lo que ocurre con nuestro continente. Los días pasan, pero, como solo se hace más de lo mismo, no se avanza y, obviamente, retrocede la calidad de vida de sus habitantes y también su calidad democrática.

Un rápido recorrido revela las tensiones a la que se encuentran sometidos nuestros países, haciendo sentir que el tiempo ha transcurrido en vano y no se ha logrado el ansiado avance democrática al que varias generaciones han venido contribuyendo y anhelando.

Chile probablemente, con gobierno recién inaugurado, todavía puede recuperarse, pero las señales iniciales preocupan por la brusca caída de la popularidad del novel presidente, que ya fue sometido a manifestaciones de rechazo.

En Argentina la vicepresidenta mantiene una fuerte disputa con el presidente de la Corte Suprema y la situación económica acrecienta el descontento, pese a la magnitud de su endeudamiento externo.

En México la Iglesia acusa al Estado de ser cómplice en relación con asesinatos.

Por el estilo, crecen las tensiones en Centroamérica, Brasil, Colombia, Venezuela y por supuesto: Ecuador.

Nuestra América requiere ¡reinventarse.