Editoriales

El alivio del 1 de enero

"No habrá terminado la pandemia en enero, pero el cambio de año marca una línea imaginaria entre sobrevivir, como hasta ahora, y volver a vivir en plenitud. Conscientes y prudentes, pero enérgicos"

El año 2020 ha hecho méritos suficientes para ser recordado en todo el mundo como uno de los más nefastos. Deja muerte y destrucción. Deja miedo y calamidad económica. Todo el mundo quiere pasar página como si el jueves 31 de diciembre a las 23:59 se atravesara una barrera definitiva al cambiar el reloj de minuto, hora, día y año. El 2021, esa etapa de alivio que todos ansían. El próximo año es todo.

El próximo año se vuelve a clases, se recupera el empleo, se conoce a más gente, se sale a los parques, se retoman los viajes, las maestrías y los proyectos. En 2021 se cambian de casa. Todo está aplazado temporalmente hasta esa línea imaginaria que no por difusa deja de mostrar cómo es el espíritu de superación de los seres humanos y de los ecuatorianos.

No habrá terminado la pandemia en enero, no habrán desaparecido los contagios, pero que llegue esa enérgica ola de vida. No más sobrevivir. Vivir. Conscientes y responsables, pero completos. Que nada aplaque la necesidad y la querencia de retomar los planes, el futuro y el presente. La resiliencia devolverá el calor a los cuerpos y el ánimo a los espíritus. Es lo único y lo más elemental que no puede robar ningún virus, ninguna enfermedad ni ninguna crisis.