¿Es esta la forma de liderar?

Era la ocasión para mostrar que se entiende la magnitud de los números y se han identificado soluciones.

Alarmantemente fuera de foco y de poca profundidad fue la alocución del presidente cuando se refirió a las políticas por las que propone sacar al Ecuador adelante. No se percibe que hay, siquiera, la comprensión del problema; no hay mención de ajuste alguno en la economía gubernamental, pero sí hay nuevos impuestos a las empresas y al trabajo que, como sabemos, los termina pagando Guayaquil. 

Se invoca solidaridad, una manifestación de empatía que ha estado conspicuamente ausente en el ámbito nacional respecto de la tragedia que nos aqueja. En una economía donde el 60 % de las personas están fuera del cauce del empleo formal, la iniciativa del Ejecutivo puede tener algún sentido para quienes laboren bajo relación de dependencia: para los demás es letra muerta, y es letra mortal.

Era la ocasión para mostrar que se entiende la magnitud de los números y se han identificado soluciones; no para dar exhortaciones vacías en contenido. Si el gobernante no entiende que el vector del problema económico es el Estado que él preside, un Estado que pretende ser golosamente alimentado por contribuyentes, incluyendo los más devastados, los que están aquí, no habrá solución alguna a nuestra tragedia nacional.