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Políticos: lean y aprendan de C. Matus

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Hay ciencias y técnicas de gobierno desarrolladas a lo largo de los años, que los políticos ignoran. Tienen una disfunción de segundo orden: no saben que no saben

La clase política ecuatoriana, racional, social y estéticamente es impresentable. Vive desorientada, sin norte ni sur. No sigue los puntos cardinales que marcan los problemas del país. Megalómanamente creen que las demandas del Ecuador de hoy son determinadas por su egoísta y pretenciosa agenda personal y política. Por eso no atinan una. Andan más extraviados que Lindbergh en el desierto. Incluso, con vanidad, dicen ser representantes del pueblo. Pero ignoran que ser tal implica estar junto a sus problemas y necesidades fundamentales: seguridad, empleo, educación, salud, bienestar, etc.

Ante la imposibilidad de autocrítica, desde la Asamblea, partidos y tiendas electoreras, no queda otra tarea que transcribirles las ideas básicas del chileno socialdemócrata y exministro de Allende, Carlos Matus. De ellos dice: 1. La política está desenfocada de las necesidades del país. Se interesan por ellos mismos y a favorecer sus intereses y asuntos de la política y no los problemas de la gente. 2. Políticos y dirigentes creen que basta con la improvisación, la experiencia, el buen sentido, la profesión y el título universitario para gobernar. Falso, no pueden. Hay ciencias y técnicas de gobierno desarrolladas a lo largo de los años, que los políticos ignoran. Tienen una disfunción de segundo orden: no saben que no saben, y al cuadrado. No pueden aprender y no atienden las llamadas de atención. 3. En nuestros países domina lo que podríamos llamar un sistema de baja responsabilidad. Nadie les pide cuentas por su desempeño. 4. Los partidos políticos son clubes electorales. Cuando son partidos políticos ni siquiera son tales. No tienen centros de formación de sus dirigentes. No se preocupan de la educación ideológica de sus líderes. No tienen centros para pensar su país a mediano y largo plazo. 5. Son sistemas ultracentralizados, muy distantes de la gente. Su problema de democratización necesita una descentralización profunda del sistema político, que debe ser inmediata.

He resumido las ideas básicas. Y, sabiendo que no aprenden ni aceptan aprender, aquí las dejo para que la ciudadanía conozca cuáles son los vicios y taras que crean su torpeza, mediocridad y corrupción, con clubes electoreros y caudillos incluidos.