Política, derecho y medidas cautelares

No es una disputa entre leyes, justicia y verdad, es un combate político
Políticos, delincuentes y mafiosos del país asaltan el derecho, tribunales, normas y principios jurídicos. Se da en el abuso de las medidas cautelares como resultado de políticos de pacotilla: patrimonialistas, saqueadores de fondos públicos, mafiosos, etc. que asaltan, distorsionan y abusan de esas medidas que son parte del sistema jurídico que garantiza derechos ciudadanos. Así exculpan a delincuentes sentenciados y presos, tahures, prófugos de la justicia, criminales de alta y baja gama, sicarios, y políticos que copian tesis, se gradúan de profesionales y se hacen elegir. Es el espejismo del desastre anunciado y apocalíptico de la institucionalidad jurídica, el derecho, la abogacía y todas las normas de la arquitectura jurídica de la democracia constitucional. Las últimas medidas cautelares interpuestas por abogados corruptos y mañosos ante jueces de alquiler señalan el ejercicio mafioso y delincuencial de una grey corrupta de abogados y jueces inmorales empeñados en torcer el derecho.
Detrás de esto hay un juego de intereses, fuerzas, actores políticos y sociales. Esto tiene años. Sucede desde que la política la judicializaron. Hoy ‘el poder Judicial’ está tutelado-dominado por políticos, organizaciones, partidos y mafias. Por esto la Judicatura y tribunales se descomponen y pudren más. Ya no hay equilibrio de poderes. Están desequilibrados. Las mafias políticas buscan controlar el poder judicial y a través de este subordinar o amenazar al poder Ejecutivo. Es en realidad un juego de ajedrez político. No es una disputa entre leyes, justicia y verdad, es un combate político. Son sus dinámicas las que finalmente estructuran el escenario en el cual se dan las disputas y será ahí donde se resuelvan esos conflictos. Todos lo buscan. Por eso vemos las alianzas en la Asamblea, que es el telón de fondo de lo que hay.
El Ecuador no tiene auténticos y honestos políticos sino grupos mafiosos con gente que no está preocupada por los intereses ni por los problemas del país. No les preocupa el equilibrio de poderes y estabilidad de la democracia. La dañan y destruyen. Esto produce lo que podemos llamar la anarquía de poderes, que no es otra cosa que la destrucción de la democracia, el derecho, la abogacía y la ley.