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Aporías del Estado, izquierda y derecha

Avatar del Willington Paredes

La ciudadanía debe observar, comprender y criticar firmemente esto

El Estado es la sociedad política organizada. Realidad innegable e insustituible en el mundo moderno. Pero no siempre se lo define y comprende con certeza cuando es asaltado por dogmas ideológicos-políticos: izquierda, derecha, centro. Es imprescindible en situaciones como la crisis sanitaria por la pandemia, para atención hospitalaria y para salvar vidas. También para impulsar la vacunación masiva de la población. Igualmente lo es en la educación, en la defensa y seguridad; nadie puede reemplazarlo. Aquí es evidente su necesidad. Hay otros momentos cuando no es así.

Desde hace décadas nos enredamos respecto a cuánto Estado se requiere y cómo accionarlo por los diferentes gobiernos. Aquí hay muchos yerros, aporías (principios sin viabilidad racional) y aberraciones ideológicas, jurídicas y sociopolíticas. Ganan el premio a la tontería todas las izquierdas (panfletaria, terrorista, de cafetín y delincuencial, como la socialista-correísta, etc.). Pero no está sola. Tiene como hermano siamés a la derecha que solo piensa en acumular más riqueza y dinero, así se jodan el Estado y la sociedad.

La izquierda mundial y del país, distorsionando el pensamiento de Marx (que siempre fue antiestatista), se convirtió en adoradora del dios-Estado, buscando que esté en todo, destruyendo las energías sociales. Así convierten la sociedad en parásito y matan toda iniciativa privada. Se unen y alían con la burocracia inepta y corrupta para apropiarse del Estado y obtener beneficios. En esto se destacan políticos y líderes sin escrúpulos ni moral. La derecha vive acostumbrada a que la dejen hacer todo lo que quiere. Solo piensa en un Estado mínimo y ausente, que no controle ni vigile sus egoístas intereses. Cuando quiebran, lo primero que hacen es buscar su protección para esconder su incompetencia. Hoy, ante la crisis, es necesario que la ciudadanía distinga la validez e importancia de un Estado adecuado. Los dogmáticos lo hacen dios o quieren hacer de él un enano ciego, sordo y mudo que los deje saquearlo a su antojo. Lo que la mayorías de asambleístas buscan es que sigamos bajo la tutela de un estatismo y centralismo aberrante, con clara incapacidad y sin viabilidad social. La ciudadanía debe observar, comprender y criticar firmemente esto.