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El Banquete

Avatar del Sophia Forneris

Ahora que regresamos a la “normalidad”, espero todos nos enfoquemos en establecer un mejor Ecuador para las futuras generaciones

En el transcurso de una animada fiesta de tragos, un grupo de intelectuales en Atenas intercambiaba puntos de vista sobre el eros o el deseo. De esta conversación emerge una serie de sutiles reflexiones sobre los roles de género, el sexo en la sociedad y la sublimación de los instintos humanos básicos. ‘The Symposium’ (El Banquete) es un entretejido de diferentes puntos de vista sobre la naturaleza del amor, como una respuesta a la belleza, una fuerza cósmica, un motivo para la acción social y como un medio de educación ética.

Phaedrus comienza diciendo que el amor es uno de los dioses más antiguos y su intención es promover la virtud en las personas. Pausanias sigue a Phaedrus y establece una distinción entre el amor común, que implica un deseo simple y sin sentido, y el amor celestial, que siempre tiene lugar. Después habla Eryximachus, el médico, sugiriendo que un amor bueno promueve la moderación y el orden. El amor no se limita a la interacción humana, sino que se puede encontrar en la música, la medicina y mucho más. Agathon sigue a Aristophanes y da un discurso retóricamente elaborado que identifica al amor como joven, hermoso, sensible y sabio. También ve al Amor como el responsable de implantar en nosotros todas las virtudes. Sócrates da el último discurso diciendo que el amor no es un dios en absoluto, sino un espíritu que media entre las personas y los objetos de su deseo. El amor no es sabio ni bello, sino más bien el deseo de sabiduría y belleza. El amor se expresa a través del embarazo y la reproducción, ya sea a través del tipo de amor sexual corporal o mediante el intercambio y la reproducción de ideas.

Creo que eso nos hace falta, más discusiones acerca de lo que nos une, discusiones acerca del amor a un mejor Ecuador. En el último evento masivo nacional vi mucho odio, de las dos partes. Algunas justificando su accionar, en otras ocasiones diría que no. Claro está que el odio une a la gente más que el amor. Ahora que regresamos a la “normalidad”, espero todos nos enfoquemos en establecer un mejor Ecuador para las futuras generaciones.