Sophia Forneris | Planificación familiar

Casi todo el crecimiento se concentra en países en desarrollo, en muchos de los cuales las tasas de fertilidad siguen siendo altas
Varias publicaciones estadounidenses destacadas han declarado que la explosión demográfica ha terminado, concluyendo que el crecimiento demográfico ya no es una cuestión política grave. Una estadística comúnmente citada como evidencia de esto es la disminución global de las tasas de fertilidad (el número de hijos nacidos por mujer). Entre principios de 1960 y 1998, las tasas de fertilidad en el mundo en desarrollo disminuyeron de 6,1 a 3,3. Las caídas más pronunciadas se dieron en Asia Oriental (de 5,9 a 1,8) y América Latina (de 6,0 a 3,0). Las proyecciones de NN. UU. sugieren que la población mundial podría comenzar a disminuir en unos 50 años. Si la fertilidad global ha disminuido tan marcadamente, ¿deberían EE. UU. y otros países considerados de primer mundo continuar invirtiendo en programas de asistencia a la población en el extranjero en planificación familiar, dadas estas tendencias? Muchos estudios piensan que aún no; es necesario seguir invirtiendo en programas de planificación familiar pues la población mundial sigue creciendo. Aunque la tasa de crecimiento ha ido disminuyendo desde la década de los 60, la población mundial crece cada año en alrededor de 80 millones de personas, o el equivalente a la población de un país del tamaño de Alemania. Casi todo el crecimiento se concentra en países en desarrollo, en muchos de los cuales las tasas de fertilidad siguen siendo altas y ello les puede imponer costosas cargas e impedir oportunidades de desarrollo económico, aumentar los riesgos para la salud de mujeres y niños y erosionar la calidad de vida al reducir el acceso a educación, nutrición, empleo y recursos escasos como el agua potable. Las encuestas entre mujeres de esos países sugieren que un gran porcentaje (entre 10 % y 40 %) quiere espaciar o limitar la maternidad, pero no utiliza anticonceptivos. Este hallazgo indica una necesidad continua e insatisfecha de anticoncepción. Históricamente los programas gratuitos de planificación familiar han sido muy eficaces para satisfacer la demanda de anticonceptivos y, al hacerlo, ayudar a países en desarrollo a moderar las altas tasas de fertilidad. Las campañas de salud más efectivas son las que se complementan con educación.