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Sophia Forneris | Hombres, emociones y dioses

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Lo interesante de este poema es que también menciona cómo las emociones pueden desempeñar un rol en nuestro destino previsto

La Ilíada y la Odisea son las fuentes más antiguas conservadas que hacen referencia a la guerra, pero se cree que son en su mayoría obras de leyendas y mitos. La Ilíada cuenta la historia del último año de la Guerra de Troya, un conflicto entre una alianza de reinos griegos y Troya.

Esta guerra, según Homero, comenzó con una historia de amor. Paris, hijo del rey Príamo de Troya, se enamora de Helena, la esposa del rey Menelao de Esparta. Paris secuestra a Helena y los amantes escapan a Troya.

El rey Agamenón, hermano mayor de Menelao, lidera a los aqueos en el lanzamiento de una gran armada a través del mar Egeo para sitiar Troya, en un intento de saquear la ciudad y devolver a Helena a Grecia.

Los temas críticos del poema incluyen ‘kleos’ (gloria), orgullo, destino e ira.

El destino impulsa la mayoría de los acontecimientos de La Ilíada. Una vez establecido, los dioses y los hombres lo acatan, sin ser realmente capaces ni dispuestos a impugnarlo. Se desconoce cómo se establece el destino, pero las Parcas y Zeus lo cuentan mediante el envío de presagios a videntes.

En el poema, los hombres y sus dioses hablan continuamente de aceptación heroica y de evitación cobarde del destino previsto. El destino no determina cada acción, incidente y suceso, pero sí determina el resultado de la vida.

Lo interesante de este poema es que también menciona cómo las emociones pueden desempeñar un rol en nuestro destino previsto.

La epopeya toma como tesis la ira de Aquiles y la destrucción que trae consigo. La ira perturba la distancia entre los seres humanos y los dioses. Descontrolada, destruye las relaciones sociales ordenadas y altera el equilibrio de las acciones correctas necesarias para mantener a los dioses alejados de los seres humanos.

Ahora no tenemos reyes gobernando sino delegados, los cuales a veces se siente que estaban predestinados para esas posiciones. Esperemos que contrario a los héroes griegos, ellos sepan controlar sus emociones y no dejen que su ego gobierne por ellos.