Alcaldesa y secretaria

¿Por qué grandio$a coincidencia el Municipio gastó en obras tanto dinero público, justo donde el exesposo invirtió su desconocida fortuna?
Los hechos: Diario Expreso informa que en una zona aledaña a donde se prevé construir el nuevo aeropuerto de Guayaquil, Joaquín Villamar, exesposo de la alcaldesa de la ciudad, ha adquirido 81 terrenos, cuya extensión es como si juntásemos a dos ciudadelas porteñas: La Atarazana y la FAE. Da para construir otro aeropuerto más. O ciudadelas amuralladas de alto costo… O bagatelas así.
Los ecos del silencio:
El exmarido, que hace solo dos años no era ex, calla. Los ediles que aprobaron obras por más de US$ 40 millones en el sector, también. La alcaldesa contesta, molesta: ya no somos esposos; él ha constituido una compañía donde están nuestros hijos, pero yo no quería; los terrenos son del área rural y no urbana; vayan y pregúntenle a él que yo no soy secretaria… dice ella, evasiva.
Pues resulta que sí debe responder, aunque el nuevo mudo de la ciudad no lo haga, porque ella representa a todos los guayaquileños. Y si los ediles -que están para servir y no para ser un coro de alza manos y santificadores de entuertos- también enferman de mudez súbita, debe hacer de su vocera y contestar, solo para comenzar, una pregunta simple:
¿Por qué grandio$a coincidencia el Municipio gastó en obras tanto dinero público, justo donde el exesposo invirtió su desconocida fortuna? Porque, para efectos prácticos, el que esos terrenos sean rurales y no urbanos es un detalle que solo agrava la denuncia: los compra baratos, los venderá caros…
Que la alcaldesa -como afirma- no se haya beneficiado de esa intempestiva riqueza, le honraría. A medias. Porque no la absuelve de responder otras dudas justificadas que plantea la investigación. Que, por cierto, no se resolverá en la Fiscalía, donde ya se sabe que las denuncias duermen el sueño de los injustos. Es la misma Fiscalía que ‘investiga’ los Inapapers, por ejemplo. O los carísimos letreros pintados por los Da Vinci y Van Gogh criollos.
Aunque la alcaldesa se moleste hay que recordarle que, respecto de rendir cuentas a los ciudadanos, una autoridad es también una secretaria. Y eso no es una ofensa. Menos en un país donde hay muchas secretarias, tantas, que son más honestas y capaces que muchas autoridades. Tantas…