Columnas

Un plan de negocios

“Constitución garantista” significa entonces que en nuestras narices esta gente construyó un plan de negocios garante de su impunidad y lo llamó “Constitución”

Desde que el mundo es mundo, los delincuentes están en la cárcel. Y no por “odio”, sino para que no vuelvan a hacer lo mismo. Es que un violador en la calle… es un niño en peligro. Y un asesino suelto… una vida en riesgo. Por eso nos asombra que un juez deje libres a 18 pillos capturados en el hospital Luis Vernaza -acusados de tenencia ilegal de armas y asociación ilícita- con el ridículo argumento (una burla a la inteligencia) de que la Policía no “probó” que las 3 armas de fuego, 31 municiones y más de 1.000 dólares dentro de los vehículos, eran de los aprehendidos. Todo eso… ¿qué es…? ¿Regalos de Navidad en junio? ¿O pruebas reales y tangibles?

Claro, todos se preguntan cómo es posible tamaña barbaridad. Y la respuesta se encuentra en la definición que el inolvidable Francisco Swett, con su habitual agudeza, diera de la Constitución: un plan de negocios. Y fíjense cómo se construyó dicho plan en materia judicial. Inicia con la extraña denominación de los jueces: ahora son “de garantías penales”. ¿Cómo así “jueces de garantías”, cuando la finalidad del proceso penal es la imposición de la pena? Claro que hay que cuidar las garantías del debido proceso, pero eso no significa convertir a los jueces en garantes de la libertad a los delincuentes, en lugar de proteger a la sociedad.

Y el siguiente hito es de una precisión casi quirúrgica: antes, los convictos estaban en la cárcel como ya dije. Ahora la Constitución dice que el… “juez aplicará de forma prioritaria… medidas cautelares alternativas a la privación de libertad”. ¡Bingo! Esta es la llave mágica que abre la caja de Pandora. Por eso, lo mejor es ser un penalista pillo. El sicario preso te da el billete, te quedas con una buena tajada y el saldo se lo das al juez que aplica el “garantismo penal” del plan de negocios, más conocido con el nombre de “Constitución”. Claro, también sirve para los de cuello blanco y ‘big business’. O sea… ellos.

“Constitución garantista” significa entonces que en nuestras narices esta gente construyó un plan de negocios garante de su impunidad y lo llamó “Constitución”.

Descaro sin límites.