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Avatar del Paúl Palacios

Para los buenos, ojalá el país los vuelva a encontrar, y para los malos, por favor no vuelvan jamás. Hoy empiezan 4 años más

El texto de hoy le parecerá raro a alguna gente, y quiero escribirlo cuando ya se han ido, para que no suene a lisonja interesada, pero para que no quede en el olvido. Ayer terminó el gobierno del señor Lenín Moreno. Para muchos será una administración intrascendente, para otros, como es mi caso, creo que hay cosas que reconocer. No escribiré sobre las 40 universidades, las 250 mil plazas anuales de trabajo, las 325 mil viviendas y otras ofertas incumplidas. Voy a concentrarme en lo que finalmente siento que significó. Fueron 4 años de respeto a la manera de pensar de los demás, aun con quienes lo combatieron muy duro a él. Fueron 4 años de transición, donde pasamos de la permanente tensión por las posiciones extremas, a un ambiente menos bélico entre ecuatorianos. Aunque debo reconocer que aún hay heridas con sangre vista. Tuvo la suerte de contar con dos figuras en la Vicepresidencia que le dieron equilibrio al mandato: el señor Sonnenholzner, buscando conciliar y resolver temas en la pandemia, y la señora Muñoz, haciendo lo imposible para lograr la vacunación, al nivel de las lágrimas de frustración con una burocracia y farmacéuticas indolentes. Hubo ministros trabajando sin sustento político, procurando mantener las cosas funcionando, aun en circunstancias donde otros habrían tirado la toalla. Es vital reconocer que pudieron sostener al país en democracia en los días terribles de octubre de 2019, cuando estuvimos a tan solo horas de volvernos una republiqueta sin dios ni ley. Y aunque no les guste a algunos, pero esa es la realidad, el país se lo debe a María Paula Romo y a Oswaldo Jarrín.

No tenemos el país que queremos tener, pero tampoco es el país del que nos queremos ir. No es el país donde desapareció la corrupción, pero es el país que se aproxima un poco más al objetivo de que desaparezca la impunidad. Estoy seguro de que hubo malos funcionarios, pero también creo que hubo buenos, y para su esfuerzo y honestidad van mis gracias. Para los buenos, ojalá el país los vuelva a encontrar, y para los malos, por favor no vuelvan jamás. Hoy empiezan 4 años más.