Columnas

Crónica de un levantamiento anunciado

En este punto cabe preguntarse ante esta crónica de levantamiento anunciado: ¿qué vamos a hacer los ciudadanos que estamos hastiados de las paralizaciones?

Las declaraciones de Leonidas Iza en la Conferencia Episcopal evidencian la inexistente voluntad de la Conaie de llegar a acuerdos con el Gobierno; así se dejó entrever a la firma de la mal denominada paz, al manifestar que de no obtener la aprobación de los 10 puntos del pliego de peticiones, volverían a las calles.

La paz no fue más que tregua para la dirigencia indígena para volver a su terruño, reorganizarse, conseguir financiamiento y retomar alianzas ratificando el objetivo principal, tomar a la fuerza lo que no ganaron en las urnas, para lo cual la alianza con el correísmo podría resultar incómoda pero conveniente para sus fines.

El anuncio de las centrales de trabajadores de salir a protestar el 21 de septiembre no es más que un ensayo para tantear el poder de convocatoria popular y la reacción del Gobierno ante la protesta, elementos que le permitirían a la Conaie sopesar la conveniencia o no de retomar la protesta con motivo del recordatorio del levantamiento de octubre del 2019. Así las cosas, la “mesa de diálogo”, ante la intransigencia del indigenado que no entiende que la imposición es antónimo de la negociación, resulta ser un diálogo de sordos, por no decir tomadura de pelo.

El indigenado y el sindicalismo en su propósito de hacer ver al Gobierno del presidente Lasso como inepto, ineficiente, alejado del pueblo, le hacen así el juego al correísmo para que se anhele el retorno de Correa.

Luego del levantamiento de junio del presente año el riesgo país se duplicó al dispararse la inseguridad política, al intentar permanentemente tumbar al presidente Lasso; en lo jurídico, gracias a la amnistía a los vándalos de la revuelta de octubre del 2019 y el compromiso de no iniciar juicios a quienes participaron en la revuelta de junio del presente año; y por último, en lo económico, por las ingentes pérdidas que generan tales paralizaciones en los sectores comercial, industrial, turístico, agrícola, etc.

En este punto cabe preguntarse ante esta crónica de levantamiento anunciado: ¿qué vamos a hacer los ciudadanos que estamos hastiados de las paralizaciones?