Aislamiento

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Tenemos días para observar, para pensar, para decidir y para actuar en un nuevo esquema de vida.

Con el cierre de fronteras generalizado para evitar la propagación del coronavirus y el aislamiento como protocolo para detener la contaminación entre personas, la forma de vivir nos cambia sustancialmente.

Hay menos circulación en la vía pública, hay menos comercio -formal e informal-, hay alcohol para desinfectarnos por todos lados, también hay gel antibacterial y mascarillas. Nos lavamos las manos continuamente; hay curiosidad, tristeza -por obvias razones-, hay desconcierto, incertidumbre, hay silencio, hay preocupación, no solo por la salud, sino por el impacto que tiene el aislamiento en nuestra capacidad de generar ingresos para el hogar. 

¿Cómo se lleva la producción de bienes en este entorno? ¿Qué protocolos se aplican para los agricultores y la producción? ¿Cómo se maneja el tema de salud alimentaria en una coyuntura de esta magnitud? ¿Cambian las cantidades asignadas en el presupuesto nacional para salud pública y armamento? ¿Cuánto tiempo para que veamos el efecto en el cambio de prioridades? ¿Qué cambiará en nosotros con esta crisis? Pues no lo sabemos aún, de esto tenemos que aprender y rápido. De las cadenas logísticas, de higiene, de solidaridad, de servicios, de consumo adecuado, no solo por carencias sino por eficiencia. Hay millones de preguntas. No es cuestión de entrar en pánico, es cuestión de manejarse con cuidado y actuar con lo aprendido.

Cambia, todo cambia, como dice la canción. El domingo escuché al presidente de Colombia proponer la educación en línea no solo durante el manejo de crisis de contagio en ese país. 

Las decisiones que el mundo ha tomado en cuanto a producción, movilización, ciencia, tecnología y una serie de variables cuyo efecto es exponencial nos llevaron a tener que lidiar con esta realidad. Hoy nos debe vincular una visión sistémica del planeta. Nos toca aislarnos, debemos ser responsables y estrictos, si no es por nosotros, entonces por los demás. 

Tenemos días para observar, para pensar, para decidir y para actuar en un nuevo esquema de vida. ¡Ánimo!, porque esta amenaza se irá, pero el cambio es constante.