¡Recuperemos la confianza!

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La oxitocina vive en nuestro interior, aumenta cuando los bebés nacen y sigue creciendo en la lactancia. Debe ser por eso que nacimiento y lactancia son tan identificados como un lazo indisoluble entre la criatura y la madre. Hasta los padres, ante esos momentos, generan también esta hormona. Esos instantes de confianza son los que marcan la vida de la familia. El ser humano en crecimiento va acentuando o perdiendo su capacidad de confiar.

Científicos de la universidad de Zúrich, en Suiza, han descubierto que la oxitocina es la hormona de la confianza. Y siguen haciendo cientos de pruebas de cómo se aumenta la confianza. Obviamente, la confianza aumenta a través de la práctica.

¿Por qué es importante hoy hablar de confianza? Porque la confianza actúa como un pegamento básico de las relaciones y cuando esta se daña, las relaciones se quiebran o se ven afectadas para siempre.

Varios libros sobre el tema están al alcance de las manos o al alcance de un clic, por ejemplo: el de Stephen Covey Jr.: El factor confianza, el valor que lo cambia todo. Para Covey la confianza no es una cualidad blanda, sino que es un activo tangible y activable que puede crearse y cultivarse, de ahí la importancia de reconocerla y trabajar sobre ella para que aparezca en la vida personal y organizacional, aprendiendo a infundirla, cultivarla, desarrollarla y recuperarla, de ser el caso.

La confianza viene de la fe. Cuando confías en alguien tienes fe en ese alguien, en su integridad y en su capacidad. Covey dice: “todos hemos vivido experiencias que confirman la diferencia entre las relaciones construidas sobre una base de confianza y las que no lo están”. Covey asegura que el tener o no confianza es un asunto de costo beneficio. A mayor confianza, menos gasto y mayor rapidez. En otras palabras, la falta de confianza es como un impuesto a la vida, que afecta a todas las relaciones y las vuelve más engorrosas.

¿Qué esperamos para construir el nuevo Ecuador? ¡Recuperemos la confianza! Desde todos los espacios posibles. Volvamos a creer. Yo te ofrezco el espacio del diálogo. Únete a dialogosvitales.org, ¡nos haces falta!