Gaitán Villavicencio: Reelección, polarización y retos

El gobierno reelecto tendrá muchos retos, por lo tanto, debe haber un cambio radical tendiendo puentes y no murallas
Este artículo aparecerá un día después de la posesión del reelecto presidente, cuyo apabullante triunfo en el balotaje destaca un cambio de época, resultado de acercarnos a medio siglo de una democracia esquiva y balumosa; por una multicrisis que nos agobia como sociedad y economía, que se agudiza particularmente luego de 2019 y se complica con la pandemia de covid-19; y por la crisis permanente pero creciente del sistema político, donde predominan ‘tiendas’ políticas clientelares.
En este escenario se han producido hechos novedosos que nos obligan a emplear un esquema de análisis más reelaborado, que nos permita aprehender y contextualizar la coyuntura política y explicitar objetivamente sus manifestaciones y dinámicas. Una transversalidad novedosa que marca este momento es la polarización, como conjunto de enfrentamientos de contrarios (por ejemplo, el bien contra el mal, expresión del presidente) que trasciende el conflicto ideológico-político hacia el dominio de las emociones y sentimientos que se expresa electoralmente en el rechazo visceral del otro, construyendo identidades pragmáticas beneficiadas por los múltiples dones gubernamentales.
El contundente triunfo del Nuevo Ecuador provocó en los mandatarios reelectos convocatorias retóricas a la unidad de los ecuatorianos, pero solo fueron cantos de sirenas pues en la inauguración de la nueva Asamblea apareció el viejo Ecuador en el oficialismo, aplicando las repudiables prácticas legislativas del correísmo a la oposición. De ellas no escaparon en sus discursos y decisiones la directora de la sesión, el presidente electo ni los asambleístas oficiales. ¿Con estos comportamientos será posible un acuerdo social frente a los problemas del país?
El gobierno reelecto tendrá muchos retos, por lo tanto, debe haber un cambio radical tendiendo puentes y no murallas. Hay necesidad de lograr una concertación nacional sobre un plan mínimo que comprenda estas prioridades: generación de empleos decentes y reactivación del aparato productivo; política criminal y plan de seguridad ciudadana; fortalecimiento y no injerencia gubernamental en el lESS; políticas sociales de vivienda, salud y educación; y más sociedad y democracia.