Columnas

¡La primavera ha comenzado!

¿Y la primavera? Bueno fuese. Ya es tiempo de despertar.

Bueno fuese. Podríamos escribir un canto a la vida. A la naturaleza desbordada. Brilla el sol tropical y nos invade una agradable tibieza. Casi como un abrazo del astro rey. Los árboles están florecidos. Los pájaros nos llenan de trinos. El espíritu se alegra. Nos invade el optimismo. Se retoman las clases. Los niños corretean y sonríen. Ocurre como una especie de liberación. El cautiverio ha sido largo y tedioso pero al fin terminó. El logro debe de ser festejado debidamente. Hasta hemos recuperado la fe en la palabra de las autoridades. Todo hace suponer que la deuda externa está debidamente renegociada. La economía ecuatoriana estará libre de tensiones hasta el 2050. Claro que nos hemos endeudado hasta la coronilla, sin embargo es bien sabido que los países no quiebran. Nada de qué alarmarse. El desempleo, como en muchas otras ocasiones, es apenas una percepción. Pronto llegará la benéfica inversión extranjera que generará miles de puestos de trabajo. La pandemia no ha sido vencida, pero está bajo control. Ahora sí saben cómo actuar nuestros esforzados galenos. Conocen perfectamente qué agentes terapéuticos utilizar y cuáles no. También han realizado una que otra autopsia. Lograr la experiencia debida ha sido costoso, en el mundo y entre nosotros, pero se la adquirió. El costo ha sido alto en vidas humanas, irreparable. Miles de muertos, entre ellos muchos servidores de la salud pública que tuvieron que actuar sin las debidas medidas de seguridad. Son nuestros nuevos héroes. También se ha permitido que la administración de justicia actúe como es debido y que los organismos de control hagan lo suyo. En el Ecuador ya no se puede robar impunemente. Las superintendencias hacen un trabajo formidable. Felicitaciones. Era mucha audacia pretender robarle sus fondos hasta a la Policía Nacional. Tan grande como venderles insumos médicos con sobreprecio en pleno pico de la pandemia al IESS y al Ministerio de Salud que, a propósito, estará un año más sin Código porque el morosamente preparado no sirve para un carajo. ¿Y la primavera? Bueno fuese. Ya es tiempo de despertar.