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Aquí no pasa nada

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Así es, en Ecuador pasan cada día tantas cosas que es mejor decir que no está pasando nada

Que un “político de profesión” pase de un partido a otro es ya tan común que a nadie le parece relevante, al fin y al cabo, son pocos los partidos que exhiben alguna ideología clara. La gran mayoría son solo empresas electorales dispuestas a fichar en sus filas a cualquiera que les pueda asegurar votos en alguna elección, aún cuando luego sean incapaces de sostener un simple discurso o argumento elemental, lo cual, sin embargo, es lo ideal para el líder del partido. Los deliberantes son una molestia, mientras los que agachan la cabeza son los imprescindibles.

Que un día en plena campaña el candidato a presidente se presente como adalid de los antiimpuestos y ya sentado en el sillón presidencial haga totalmente lo contrario es explicado como un acto de necesidad ante una realidad económica peor de lo que había supuesto. ¿Es razonable suponer que no se sabía el estado real de las finanzas del país? Difícil creerlo. Pero, no importa, total, aquí no pasa nada.

A nadie asombra las noticias de equipos dañados en los hospitales, de mafias que manejan los procesos de compras de medicinas, de escasez de todo, hasta de lo más básico, de personas que hubieran podido sobrevivir de haber tenido atención oportuna. Los diagnósticos y denuncias son constantes. ¿Se ha podido solucionar? No. Total, aquí no pasa nada y nadie responde por nada.

El Ministerio de Relaciones Exteriores emite un fallido comunicado que es cuestionado por el mismo Ministerio de Relaciones Exteriores. El presidente del Consejo Directivo del IESS da unas declaraciones que al día siguiente son cuestionadas por el mismo IESS. Súmenle a todo lo anterior proyectos ofrecidos y jamás concretados. Desde superautopistas, grandes puentes, miles de viviendas existentes solo en la fantasía de los ministros, lujosos trenes costeros, grandes dragados, etc.

Decía el poeta mexicano Jaime Sabines: “Aquí no pasa nada; mejor dicho, pasan tantas cosas juntas al mismo tiempo que es mejor decir que no pasa nada.” Así es, en Ecuador pasan cada día tantas cosas que es mejor decir que no está pasando nada.