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La variante ómicron

Avatar del Fernando Cazón

... nos encontramos en la recta final del año y estas últimas semanas son las de mayor movimiento poblacional’.

Hace apenas unos días la voz de alerta mundial retumbó nuevamente en nuestras cabezas. El coronavirus vuelve a hacer de las suyas, ahora con la nueva cepa ómicron. Pese a que quienes la adquieren presentan una leve sintomatología, es mucho más virulenta, según lo informado hasta ahora, y nadie quita que eso pueda cambiar con el pasar de las semanas. La nueva mutación hace su entrada a América con dos casos ya detectados en Canadá y lo más probable es que en unos pocos días aparezcan nuevos contagios en otros países del continente, pues nos encontramos en la recta final del año y estas últimas semanas son las de mayor movimiento poblacional.

A estas alturas del partido ya deberíamos ser unos peritos en materia de pandemia y evitar adquirir el virus debería ser lo más fácil del mundo. Pero al parecer los ecuatorianos somos confiados y ya lo hemos demostrado más de una vez, en partidos de fútbol, en feriados y conciertos. Para nosotros no hay mañana, solo el “aquí y ahora”, y el grito de gol, el canto a todo pulmón en el concierto o bailar al son de la música, sin mascarillas ni distanciamiento, nos termina dominando.

Poco se sabe de esta nueva variante de COVID y algunos países ya decidieron adelantarse a los hechos, cerrando fronteras y volviendo a la obligatoriedad de la mascarilla en lugares públicos; otros obligando a su población a completar su esquema de vacunación.

A través de una cadena nacional, el presidente Lasso informó sobre las medidas que tomará el país para no lamentar a futuro más contagios y muertes. Sin embargo, los eventos masivos continuarán (y no al 50 % de aforo, como se pide), los buses irán llenos en su totalidad, con gente sentada y parada, todos pegados unos con otros -porque para el pobre esa es la única forma de llegar a su destino final-; así como las reuniones en la esquina de la casa, celebrando la vida, tomando todos la cervecita -del mismo vaso-. ¡Una verdadera ruleta rusa!

Y no nos queda más que rogar que esta nueva mutación no signifique un mayor peligro, que nos obligue nuevamente a volver a los interminables toques de queda, que no significan otra cosa que pérdidas para nuestro bolsillo y carencias. Las siguientes semanas definirán la situación mundial.