Columnas

Juicios y prejuicios

"...actuando ya con espíritu de cuerpo, han decidido pisarle las mangueras al propio Ejecutivo, comandado por Lenín Moreno, aunque no ensañándose directamente"

Cualquier legislador podría pensar que tanto él como sus colegas “están durmiendo con el enemigo” por el hecho de que, al revés de los bomberos, entre los propios asambleístas “se están pisando la manguera”. Y es que desde hace un buen tiempo a esta parte entre ellos mismos se vienen enjuiciando y destituyendo con ya varios casos que justifican lo que acabamos de afirmar. Sin embargo ahora, actuando ya con espíritu de cuerpo, han decidido pisarle las mangueras al propio Ejecutivo, comandado por Lenín Moreno, aunque no ensañándose directamente contra el mandatario, como si no quisieran bajarlo de su silla de ruedas, sino contra su ministra de Gobierno que, como todos saben, es también de la política.

Desde el pasado jueves 15 de este mes del Bicentenario de la Perla han iniciado un juicio contra María Paula Romo (que se ha venido cocinando durante nueve meses) a través de la comisión de Fiscalización, aunque con la condición de que la funcionaria no se presente “en vivo y en directo” sino en forma virtual, tal como lo están haciendo niños y jóvenes, que de ese modo están recibiendo sus clases por culpa de la pandemia. Pero la enjuiciada ministra se ha negado a presentarse frente a la Asamblea en una computadora y debe haber ofrecido que durante sus respuestas al interrogatorio de los asambleístas se presentará con mascarilla y con la promesa de no toser ni estornudar, para que así sus inquisidores no teman que los contagie con la “peste china” o con el virus leninista.

Hasta el momento se siguen sumando las acusaciones contra María Paula, ya que no solo afirman sus acusadores que repartió cargos públicos con protervas intenciones, para luego agregarle otros cargos relacionados con la crisis de octubre, que con la protesta indígena que provocó actos de destrucción en Quito tuvo que ser repelida por la fuerza pública, lo que dejó un saldo de once muertos y decenas de heridos. Asimismo se la quiere mezclar con el “reparto de hospitales”, que fuera la causa, según los acusadores, para que una extensa red de corrupción actuara logrando jugosas ganancias con la venta de insumos médicos con grandes sobreprecios. Así las cosas, la suerte de la ministra estaría echada el 5 de noviembre, poco después del Día de Difuntos y de los morlacos.