Traición a la patria
Sus conclusiones estaban listas antes de redactar ese mamotreto de informe
¡Traición a la Patria! Casi nadie se acordaba de que nuestra legislación todavía tipifica un delito que suena tan arcano, más propio de las épocas donde el país vivía entre jefes supremos provinciales e invasiones de nuestros países vecinos.
Ahora son las palabras mágicas con las que algunos quieren defenestrar a un presidente, así tengan que tirar la Constitución detrás de él.
Nada les importa que el artículo que quieren invocar señale delitos que en el Código Orgánico Integral Penal contemplan un conflicto bélico, la insubordinación y el vandalismo.
Sus conclusiones estaban listas antes de redactar ese mamotreto de informe, cuyo borrador salió a la luz con una portada indigna de un pasquín.
Por eso el proceder de esa comisión era tan errático y hasta teatral, porque no era más que un ejercicio de ocio para matar el tiempo mientras algún segundón o tinterillo redactaba un informe para usarlo de mazo y fustigar al Gobierno.
Y no es que este Gobierno no se lo merezca, pero esto no se trata del Gobierno. El deber del fiscalizador no es perseguir a sus enemigos sino servir al país, defendiendo con la verdad a las instituciones.
Estos remedos de fiscalizadores no lo entienden y buscan a un traidor. Pero si es que aquí hay traidores, son ellos. No en sentido criminal, sino en términos morales que quizá dudosamente serían capaces de ponderar.
Traidores a su mandato, porque pierden la oportunidad de cumplir su rol poniendo en el banquillo a un gobierno que se la ha pasado acusando de narcos a todos, y de sacarle en cara sus hipócritas falencias con las armas de la justicia y el derecho.
Traidores a su proyecto, porque vejan la Constitución de Montecristi, con la que supuestamente quisieron refundar el país, y con ella se van cargando también el código que luego reformaron.
Traidores al país, porque nos acostumbran a las leguleyadas y a la politiquería, cimentando la inestabilidad que los podrá atormentar a ellos mismos en el futuro y que condena al Ecuador a aun más crisis y decadencia.