Columnas

Los guevaristas

Si se quiere dar con la verdad, el país tendrá que conocer estas historias.

Hace más o menos un año, el presidente Lasso mencionó la formación de un grupo subversivo en el país. Habló puntualmente, de “un grupo guevarista”. Fue una declaración escueta que pasó por alto en la mayoría de titulares. Seguramente, quien lea esta columna algo escuchó por ahí, pero no tiene idea de qué se trata. Revisando noticias recientes sobre el tema, hay quienes hablan de persecución y presos políticos, ya que varios miembros de ese grupo han sido detenidos. Hay procesos judiciales en marcha y será prudente por ahora no mencionar nombres, pero es un buen momento para que este autor comparta una síntesis de lo que conoce sobre el tema.

El grupo guevarista entró en el radar de inteligencia policial luego de las violentas protestas de octubre de 2019. Se identificaron grupos con armamento y tácticas de guerrilla urbana, especialmente violentos. A partir de ahí empezó el trabajo de inteligencia: seguimientos, escuchas, etc. Mucha información relevante se levantó durante ese proceso, pero en esta columna me referiré a un hecho puntual que, además, he podido verificar: varios campesinos indígenas fueron engañados y trasladados a un grupo disidente de las FARC para recibir entrenamiento militar.

En Ecuador se identificaron a dos personas que reclutaban campesinos. El primero, un personaje de fuertes convicciones ideológicas, llenaba la cabeza de sus víctimas con la verborragia marxista que ya conocemos. El otro, prometía becas en Argentina para que los campesinos reciban formación académica. Producto de ese trabajo, ya sea por voluntad o por engaño, decenas de ecuatorianos han recibido entrenamiento militar y formación ideológica en lo que hasta hace poco fueron los dominios de ‘El Paisa’, terrorista recientemente asesinado y líder de la ‘segunda Marquetalia’, disidencia de las FARC, que opera en territorio venezolano.

De esas operaciones, no solo existe evidencia documental. Existen, sobre todo, testimonios. Campesinos pobres que fueron engañados y milagrosamente viven para contar su historia. Existen también varios desaparecidos que hoy se presumen muertos. Si se quiere dar con la verdad, el país tendrá que conocer estas historias.