Carlos Reyes: Dos grandes latinoamericanos han partido

Supieron hablarle al mundo desde el sur, abriendo caminos, denunciando injusticias y elevando el nivel del debate
El mundo entero se encuentra de luto ante la partida de dos figuras que marcaron profundamente la historia reciente de América Latina y del mundo: el papa Francisco, primer pontífice latinoamericano, y Mario Vargas Llosa, uno de los escritores más influyentes de los siglos XX y XXI. Desde esferas distintas, ambos ofrecieron un legado de enorme trascendencia, defendiendo valores humanos, culturales y éticos que seguirán inspirando a generaciones futuras.
Jorge Mario Bergoglio, nacido en Buenos Aires, Argentina, llegó al pontificado en 2013, convirtiéndose en el primer papa jesuita y el primero procedente del hemisferio sur. Desde el inicio de su papado, el papa Francisco rompió esquemas con un estilo marcado por la humildad, la cercanía y la autenticidad. Optó por vivir en la Casa Santa Marta, rechazando los lujos del Palacio Apostólico, y priorizó siempre la opción por los pobres, los excluidos y los olvidados del mundo.
Uno de sus legados más significativos fue su impulso decidido hacia la transparencia dentro del Vaticano, especialmente en temas sensibles como los abusos sexuales cometidos por miembros del clero. Francisco enfrentó con valentía una de las mayores crisis de credibilidad de la Iglesia, reconociendo públicamente errores institucionales y promoviendo reformas concretas para erradicar estos delitos y acompañar a las víctimas.
Asimismo, fue una figura clave en la defensa de la justicia social, el cuidado del medio ambiente y el diálogo interreligioso. Su encíclica Laudato si’ sobre el cuidado de la casa común marcó un hito en el pensamiento contemporáneo, convirtiéndose en un llamado urgente a la acción ecológica y ética.
Desde las letras, Mario Vargas Llosa contribuyó de manera esencial al prestigio internacional de la literatura latinoamericana. Nacido en Arequipa, Perú, en 1936, fue uno de los máximos exponentes del llamado ‘Boom latinoamericano’, junto a figuras como Gabriel García Márquez y Julio Cortázar. Con obras emblemáticas como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y La fiesta del chivo, Vargas Llosa exploró con maestría los dilemas del poder, la libertad, la corrupción y la condición humana.
Su pluma crítica, lúcida y comprometida lo convirtió en un referente intelectual global. A lo largo de su carrera, recibió los más altos reconocimientos, incluyendo el Premio Nobel de Literatura en 2010, distinción que consagró su impacto universal.
Más allá de su obra literaria, Vargas Llosa también fue un incansable defensor de la democracia, la libertad de expresión y los derechos individuales. Su participación activa en el debate público lo mantuvo siempre vigente, incluso en medio de controversias, demostrando una pasión inagotable por las ideas y el pensamiento crítico.
La muerte del papa Francisco y de Mario Vargas Llosa representa una pérdida inconmensurable para la humanidad. Ambos encarnaron lo mejor del espíritu latinoamericano: sensibilidad, inteligencia, compromiso, valentía. Supieron hablarle al mundo desde el sur, abriendo caminos, denunciando injusticias y elevando el nivel del debate espiritual y cultural.
Hoy los despedimos con pesar y admiración, sabiendo que sus huellas seguirán marcando el rumbo de millones. América Latina y el mundo los llora, pero su legado permanecerá indeleble en la historia.