Pensemos también en la Asamblea

Ello nos obliga a votar, hoy más que nunca , pensando bien, sin dejarnos llevar por eslóganes, ofertas baratas que no podrán cumplir
En las elecciones señaladas para agosto de este año, que se van realizar como consecuencia de la muerte cruzada, elegiremos presidente y vicepresidente de la República, y legisladores, por todo el tiempo que faltaba para completar el periodo para el que fueron elegidos los destituidos. Es decir hasta 2025. Estas elecciones son suigéneris por diversas razones y ello nos obliga a votar, hoy más que nunca , pensando bien, sin dejarnos llevar por eslóganes, ofertas baratas que no podrán cumplir. Hay que meditar tanto para votar por los primeros magistrados, como para hacerlo por los asambleístas. La Asamblea última fue un fracaso total. En ella imperó la ignorancia de sus miembros, el desconocimiento total de elementales normas parlamentarias. Se impuso el grito destemplado de los ‘honorables’ de un lado contra el otro y viceversa. Hizo gala de corrupción mayúscula al tener en su seno legisladores que en más de una oportunidad enviaban mensajes a sus camaradas de bancada diciéndoles que roben nomás, pero que no se dejen coger con las manos en la masa. Porque surgieron legisladores que cometieren delitos en pleno ejercicio de sus funciones, como el de violación. Y a todas estas barbaridades se suma la tarea de obstrucción que tuvo contra el Poder Ejecutivo al no dar paso, archivar o mandar al cesto de basura los proyectos de leyes que le enviaba. Todo esto y mucho más hizo la Asamblea en su afán de que el país no avance. El pueblo calificó con cuatro por ciento de aprobación a esta Función del Estado, con 96 % de desaprobación. Como resultado de esta situación, su disolución fue aceptada con beneplácito por la ciudadanía del Ecuador. Mas, por ser la muerte cruzada una institución jurídica que no está debidamente legislada, se da el caso de que legisladores destituidos están en capacidad de ser elegidos en los comicios que vienen. No podemos imaginarnos lo que podría ser una Asamblea integrada por los mismos que fueron echados por la borda. Ante esta expectativa nefasta, deben presentarse a consideración de los electores candidatos hombres y mujeres capaces, honestos, serios, conocedores de principios legislativos. Votemos pues, pensando en el país, cuyo futuro depende de nuestra decisión.