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Arturo Moscoso: Presidente, no abramos esa puerta

Avatar del Arturo Moscoso Moreno

...ninguna política de seguridad será efectiva si no se acompaña de la presencia real del Estado en el territorio

Combatir al crimen organizado transnacional y el narcotráfico con todas las herramientas posibles no solo es legítimo en nuestro país, es urgente. La violencia a la que estamos expuestos exige respuestas firmes. En ese sentido, aplaudo cualquier esfuerzo por desmontar las economías criminales -aunque soy de quienes creen que la legalización de ciertas drogas sería más eficaz y menos sangrienta-. Pero no todo vale en esta guerra. No se puede enfrentar el horror con leyes que, bajo la excusa de protegernos, nos dejen indefensos frente al poder. Porque hay puertas que, una vez abiertas, son muy difíciles de cerrar.

El proyecto de Ley Orgánica para Desarticular la Economía Criminal contiene disposiciones sumamente preocupantes. Permite atacar bienes y personas por simple presunción, faculta al Ejecutivo a declarar zonas de seguridad sin control judicial, crea órganos paralelos con amplias atribuciones, entre otras joyas. Todo esto fuera del marco de un estado de excepción, sin límites temporales, sin control constitucional previo y sin participación legislativa real. Eso no es fortalecer al Estado, es debilitar la institucionalidad. No se combate la ilegalidad con más ilegalidad ni se enfrenta la barbarie con arbitrariedad.

Además, ninguna política de seguridad será efectiva si no se acompaña de la presencia real del Estado en el territorio. La criminalidad florece donde el Estado no llega con salud, educación, empleo o servicios. Mientras los jóvenes de Esmeraldas, Sucumbíos o Manabí vean en las bandas criminales su única oportunidad, toda ley será solo una curita sobre una herida que necesita cirugía y puntos. La paz no solo se obtiene con leyes, también se construye con igualdad de oportunidades para todos.

Se entiende la urgencia y la necesidad de herramientas legales para combatir la violencia y la inseguridad, pero los verdaderos líderes se distinguen cuando, incluso en medio del caos, se aferran a los principios. Ir por la vía que propone esta ley puede parecer útil hoy, pero mañana podría no tener retorno. Estamos a tiempo, señor presidente, no abramos esa puerta.