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Los puntos sobre las íes

"Evaluar es bueno pero hay que saber evaluar, hay que estar claros del instrumento que usamos..."

Afirmar que quienes decimos que la prueba Ser Bachiller debe desaparecer lo hacemos solo por rechazar la evaluación, no es exacto. No se puede educar sin evaluar, en un sistema educativo colegiado no se debe educar sin hacerlo. Y es que nuestras afirmaciones tienen que ver más con los conceptos que con el instrumento evaluador mismo.

Si el examen es fácil o difícil no es relevante, lo importante está en que ese examen apunta hacia tres objetivos diversos y claramente diferenciados: gradúa de bachiller entregando el 30 % de la nota de grado del alumno, determina el ingreso a la universidad y la carrera a seguir y, nos entrega un índice nacional de educación. 

Estos tres puntos son los cuestionables, porque los objetivos son diversos y la prueba es única. En efecto, hay un desenfoque entre el uso que se da a la prueba y el tipo de evaluación que se realiza.

Para graduar a un estudiante debemos estar claros de su perfil de salida del bachillerato, de sus habilidades y conocimientos.

Para receptar a ese mismo estudiante en la universidad, debemos conocer a más de aquello, su perfil vocacional e inclinaciones académicas para estar ciertos de que la inversión que en él se realice sea merecida.

Y para obtener un índice nacional de conocimiento, debemos propiciar una prueba relajada, sin presión de puntos a alcanzar, que finalmente es lo que motiva a la suspicacia y a la corrupción.

Evaluar es bueno pero hay que saber evaluar, hay que estar claros del instrumento que usamos y el para qué lo estamos usando. ¿Qué deseo obtener como conclusiones?, ¿hacia dónde voy con el test?, y ¿para qué me van a servir los resultados de la examinación?, son los puntos que deben precisarse a fin de darle sentido al cuestionario que aplico y a las conclusiones a las que llegaré.

Acaso por ahorrar estamos generando una plurifunción de la prueba que sin duda no es conveniente y que va a entregar siempre resultados engañosos, porque no es lo mismo evaluar conocimientos que escudriñar en la orientación vocacional y profesional de los individuos.