Tullido político

Es hora de seguir figuras como Martínez y Huerta, para que nos conduzcan hacia la rebeldía contra el tirano

Nuestra clase política cada día que pasa vive un deterioro irreparable; demuestran clara discapacidad y desmembramiento intelectual, sobre todo aquellos que se invisten como padres de la Patria. Una vez más fuimos obligados a sufragar por quienes no debemos, a causa de zoquetes caudillistas, propietarios de partidos políticos y feudales de su territorio, arrinconándonos para que no nos quede opción de escoger los menos malos para que el daño sea menor. Pero el efecto es todo lo contrario: obtenemos grandes perjuicios por la corrupción ejecutada por cleptómanos. Todos lo sabemos, ya no giremos el rostro. Me duele ver la partida de grandes prohombres que están dejando este plano terrenal; grandes ejemplos de persistencia y constancia, dentro y fuera del campo político como fueron Galo Martínez Merchán y Pancho Huerta Montalvo. Ellos nos enseñaron a ser críticos, defensores y demócratas; a decir la verdad sin importar quién o quiénes estén en el poder; a ser frontales pero muy sesudos al dar una opinión. Esta dupla de valientes e intelectuales nos deja un gran legado de principios, rectitud y testes cuando es indispensable sacarlos a relucir para que se respeten nuestras ideas, luchas y conquistas. No permitamos que quien nos gobierna en el Legislativo nos arrastre hacia su insana participación, intereses creados, adiestramiento político, corrupción. Es hora de seguir figuras como Martínez y Huerta, para que nos conduzcan hacia la rebeldía contra el tirano.

Ab. Jaime Andrés Véliz Ortiz