Los tinterillos se las saben todas para liberar delincuentes

Hemos quedado al borde del precipicio, nos ha ganado en Guayaquil la delincuencia. Los abogados defensores de todos los delincuentes tienen a la carta múltiples argumentos para lograr la inocencia cada vez que delinquen, con medidas cautelares alternativas, visitas periódicas ante el juez y muchas otras que saben todos los tinterillos, agregando arresto domiciliario, grillete, prohibición de salir del país, con lo que dan la oportunidad de escape, sin comunicar a los aeropuertos y fronteras el impedimento de salida. De estos casos hay muchos que se burlan de las leyes.

Todas estas leyes, los honorables no las anulan porque les favorecen a ellos. Sugiero como premiación a todos los que hicieron mayoría para destituir a la ministra de Gobierno, que reciban las vacunas contra el coronavirus chino, así como todos los abogados protectores y fiscales, jueces, etc., para garantizar buena salud. La Policía no sirve para nada, no pueden ofender a los delincuentes; ahora tienen que ponerse a rezar para que no los arrestan a ellos. El pobrecito ave de rapiña del Rafa pide que le tripliquen el sueldo. Los derechos humanos son para proteger todo acto delincuencial. Así lo confirmó la expresidenta de Chile en varios países que visitó como delegada mundial de los derechos humanos.

Fue una decisión lamentable que el mandatario, el ministro de Defensa y la ministra de Gobierno se trasladen silenciosamente a Guayaquil, abandonando a su suerte a la ciudad de Quito, observando las destrucciones que ocasionó el vandalismo. Lo correcto hubiera sido acordonar todas las zonas atacadas con tropas militares y policías armados; por cierto, hasta con tanques de guerra, y bombear a la multitud con chorros de agua para no ocasionar daño alguno. Por este acto deberían haber renunciado antes de ser ofendidos públicamente por dos dirigentes indígenas.

Felicito a la exministra por su valentía en defenderse ante los buitres corruptos y el beneplácito de los terroristas.

Antonio Abad C.