Es lamentable señor presidente su decisión acerca de que las cárceles están superpobladas y hay que liberar a miles de presos que nos tiene recluidos en nuestras casas. La Policía no vale para nada, se integra a la complicidad de la masacre, corrompiéndose, permitiendo toda clase de fechorías, tráfico de drogas, asesinatos, incluso dentro de nuestros domicilios. Con esta medida absurda incrementa el ejercicio de abogadillos defensores de los delincuentes. Nos ha dictado pena de muerte y nos confina pues los delincuentes tienen impunidad total. Los pueblos eligen a sus verdugos. Este periodo presidencial es producto del incremento de candidatos en las elecciones para usufructuar las partidas de dinero para sus campañas. Si sigue este festín estaremos gobernados por elementos incapacitados y así el presidente electo con minoría en el Congreso. El partido que lo apoyó para su elección (PSC), lo traicionó con los rufianes. Eso es imperdonable. Sr. presidente, usted solo podría sobrevivir pactando con los corruptos de la Asamblea, dictando leyes a favor de actos delincuenciales. Anule la intervención electoral a menores de edad, la potestad de votar que hoy tienen los reclusos, autorice portar armas para defensa de nuestras vidas. Reivindíquese dictando leyes que frenen tanta delincuencia. Emita leyes que mejoren la pensiones de jubilación, que son una miseria. Publique los nombres de los que saldrán libres para que los familiares de los afectados por lo cual fueron condenados estén alerta, porque se vengarán con la malévola decisión de indultos.