Las pestes y el progreso de la humanidad

Las predicciones son para que el ser humano haga que ocurran o no, según su conveniencia.

La primera ola de COVID-19 dejó millones de muertes, la segunda va por más, aun con las previsiones y cuidados que no tuvimos ante la primera. En febrero reaccionamos del mismo modo que con la peste negra en el siglo XVI: cerrando puertas y ventanas, quemando cadáveres, reviviendo la vieja sugerencia de Nostradamus. En Guayaquil, el humo del crematorio de la Junta de Beneficencia invadió un amplio sector próximo al cementerio. Sentíamos terror de ver al otro caminando frente a nuestra casa, podía estar contaminado. Con una reacción tardía a nivel mundial, recurrimos a los mismos procedimientos de la Edad Media: mejorar la higiene y desembarazarse de los cadáveres lo más rápido posible. El famoso astrólogo Nostradamus recomendó hervir el agua e ingerir preparados de escaramujo seco o rosa canina. Afrontó el problema y dio recomendaciones de higiene y hasta se atrevió a predecir la probable reaparición del mal. Algunas publicaciones y algunos personajes e instituciones que enseñan a vivir con los enfoques comportamentales que ofrece la Astrología, anunciaron que habrían una serie de catástrofes que afectarían a la sociedad universal estos años. Lo del coronavirus estaba anunciado y no hay que buscar culpables individuales o de países. Por años se viene hablando de la contaminación de la atmósfera y del mar, y ¿qué se ha hecho para que ello no genere una catástrofe explosiva? No mucho. El mejor combate al coronavirus está en un cambio de conducta. El final de la peste de 1687 fue en 1766, ¿será 2022 el fin de la actual? No sabemos. Lo que sí sabemos es que va a continuar y que puede darse un nuevo e intenso rebrote. Y se dice en Astrología que hay en desarrollo una serie de sucesos que van a afectar las estructuras socioeconómicas y políticas actuales en el mundo, y que alguna de ellas, que han tenido por objeto mejorar las relaciones interestatales, van a ser reemplazadas. Las predicciones son para que el ser humano haga que ocurran o no, según su conveniencia.

Gustavo Cordero C.