El partido de los poderosos y los papas

Si se le pregunta cuál es el partido de los ricos, es decir también el de los poderosos (PP), ningún español dejará de afirmar que es el tan falsamente autoapellidado Partido Popular. Y si se le pregunta cuál es el de los católicos, contestará que es el mismo PP. No puede estar más claro -basta ver las Bienaventuranzas- que esos católicos son lo contrario de los seguidores de Jesús, los cristianos. En vano un sacerdote de buena fe, el P. Plus, se pregunta en el mismo título de su libro Católicos, ¿somos cristianos? Estos, no. El catolicismo, inventado por Constantino y Teodosio, ha tenido que utilizar también, el freno tras su acelerador. A un papa católico, ha tenido que suceder otro que parezca cristiano, como intenta parecer, tras el inquisidor Ratzinger, el actual jesuita Bergoglio y, en sus días, Juan XXIII (“el Papa bueno”) o antes León XIII, el de la ‘Rerum novarum’. A los papas que han frenado algo los abusos, los ricos más miopes les han tachado de comunistas. ¡Qué locura! El mismo Jesús, excepto el día que echó a latigazos a los mercaderes del templo, no empleó nunca la violencia, como sí Lenin o Mao; incluso la repudió y se dejó matar como mártir, viviendo muy perseguidos y escondidos en catacumbas durante tres siglos sus verdaderos discípulos. Solo los más tontos se alarman hoy del “comunismo” blando y pasajero que ha de simular Francisco para mantener un sistema tan engañoso como, por eso mismo, tan eficaz, durante casi dos milenios.

Martín Sagrera Capdevila