La pandemia nos urge a repensar un sistema global en derrumbe

Ni hablar del hambre de la mayor parte de la humanidad a la vista de enormes cerros de alimentos que procesan los monopolios industriales y que son eliminados. ¿Qué hacer?

¿Podremos aguantar otra pandemia no muy lejana? No, si no cambiamos. Hay que revertir. ¡Revivir, reexistir!, como exclama la escritora Catherine Walsh (2013). Vivimos un sistema global en derrumbe, en que los monopolios quieren mantener, rescatar, aunque se hunda el planeta. Esto la gran masa de los habitantes del planeta no lo advierte o no quiere advertirlo, sino seguir seducida por el consumo fetichista nuclear hacia individuos sin comunidad. Recién se empiezan a preocupar cuando la guerra está encima y con millones de damnificados. Y, aun así, lo cómodo, la rutina, prevalece y retorna rápido la vía equivocada. Parece que tienen que haber cientos de millones de damnificados para que prenda la conciencia general de que algo anda mal y requiere urgente reversión. Entre tantos desastres hay, por ejemplo, el hecho de que tornado tras tornado, incendio tras incendio, arrasan con cientos de miles de viviendas en EE. UU. y la gente sigue creyendo que el colapso climático nada tiene que ver con el estilo de vida de derroche de una minoría de la humanidad. Otro ejemplo de que “algo” anda mal es el centralismo urbano, la desaparición de miles y miles de comunidades rurales, principalmente en los países industriales más desarrollados. Ni hablar del hambre de la mayor parte de la humanidad a la vista de enormes cerros de alimentos que procesan los monopolios industriales y que son eliminados. ¿Qué hacer?

Federico P. Koelle D.