Cartas de lectores

Sin orden y seguridad no hay sociedad civilizada

Han anunciado varias organizaciones sociales, políticas y gremiales que a partir del 19 de enero harán nuevas protestas contra las políticas del Gobierno. Manifestarse y protestar son facultades derivadas de cuatro derechos que garantiza la Constitución: expresarse libremente, reunirse, circular por el territorio nacional y oponerse al gobierno, consagrados tratados internacionales. Pero los derechos no son absolutos. Pueden limitarse por distintas razones, entre ellas el orden público, la seguridad y la salud. Nadie puede abusar de sus derechos, usarlos desbordadamente, extralimitándose y pretendiendo darle un alcance mayor que el que tienen. Es inaceptable que so pretexto de la protesta se vulneren derechos de propiedad, el trabajo, la integridad física o la vida de quienes no protestan. El Gobierno tiene que garantizar que quienes protestan lo hagan pacíficamente y que los ciudadanos que no protestan (la mayoría) vean protegidos sus derechos. Es indispensable que Gobierno y fuerza pública actúen con celeridad y contundencia frente a los primero hechos de violencia. Garantizar la protesta pacífica pero ser eficaces y eficientes contra vándalos y violentos, si aparecen. Que protesten los que quieran hacerlo (una minoría); y haya orden y tranquilidad para quienes desean trabajar (la inmensa mayoría). Que el país no caiga de nuevo en caos y vandalismo, como en octubre de 2019. Que los dirigentes que lideren protestas y manifestaciones contra el gobierno asuman las responsabilidades concomitantes de protestar pacíficamente y evitar que el resto de ciudadanos pague los platos rotos. El Gobierno no debe subestimar, ni minimizar la gravedad de la situación.

Ec. Mario Vargas Ochoa